Hold you in my arms
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| de Robert Mapplethorp |
De todas las terrenas servidumbres
que aprisionan mi afán en esta cárcel
me confieso deudora de la carne
y de todos sus íntimos vaivenes
que me hacen más feliz
y menos libre.
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| Robert Mapplethorp |
A veces, sin embargo,
la esclavitud se muestra soberana
y me siento señora del destino.
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| de Robert Mapplethorp |
Porque sé amar, porque probé la fruta
y no maldije nunca su sabor agridulce,
porque puedo ofrecer mi corazón intacto
si el camino se digna requerirlo,
porque resisto en pie, con humilde firmeza,
el rigor de este fuego que enloquece.
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| de Robert Mapplethorp |
En este fragor mudo en el que todos somos
rufianes, vagabundos, desposeídos y presos
no existen vencedores ni vencidos
y mañana no arrienda la ganancia de ayer.
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| Flor fotografada por Yuriko Takagi |
Que no entre en la batalla quien sucumba
ante el rencor pequeño de las humillaciones.
Sabed, son necesarias descomunales dosis
de grandeza de espíritu y coraje
en las lides calladas de la pasión humana.
La recompensa, en cambio, es sustanciosa.
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| de Yuriko Takagi |
Ser súbdito tan sólo de la naturaleza,
no temer a la muerte ni al olvido,
no aceptarle a la vida una limosna,
no conformarse con menos que todo.
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O poema é de Raquel Llanseros. A música é interpretada por Ray LaMontagne. A última flor fez parte da exposição ''Sei'' da fotógrafa Yuriko Takagi que capta como poucos a intimidade das flores.
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